miércoles, 4 de julio de 2018

La sociedad y el tomate frito


La sociedad diseña un modelo de padres y madres en el que se presupone un grado de nerviosismo rozando la histeria cuando los hijos marchan fuera del hogar.

Bajo esta premisa, pueden llegar a producirse situaciones como la que a continuación se narra:

Padre: No he dormido en toda la noche. No pienso estar un minuto más sin hablar con el niño.

(El niño tiene casi veinte años)

Madre: Ha puesto una foto en las redes sociales.

Padre: A mí eso no me sirve, puede estar trucada. ¿Cómo se llamaba el profesor encargado del curso al que ha ido?

Madre: No sé. Tiene un apellido parecido a una marca de tomate frito...

      El esposo la mira. Piensa que, después de todo, bajo la apariencia tranquila, los nervios también están haciendo estragos en ella, afectando a su equilibrio emocional, hasta el punto de mezclar la lista de la compra con una situación tan aterradora como la de que hace dos días que no saben nada de su hijo.
     Él lo va a arreglar, por supuesto que sí. Ya verán cómo en la siguiente entrega.

Continuará


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