lunes, 2 de diciembre de 2019

LUIS LANDERO O LAS PALABRAS INOCENTES


LLUVIA FINA. LUIS LANDERO. Tusquets Editores
A Gabriel se le ocurre celebrar el 80 cumpleaños de su madre invitando a cenar a las dos hermanas, Sonia y Andrea, con sus respectivas parejas, además del ex marido de Sonia, con quien la madre siempre mantuvo una excelente relación. La idea de Gabriel de recomponer las maltrechas relaciones familiares se ve muy pronto asaltada por numerosos inconvenientes y la nula colaboración de sus hermanas, que se encargan de ilustrarnos sobre todo tipo de desventuras con las que justifican su falta de interés en el encuentro. Aurora, esposa de Gabriel, se convierte en la destinataria de las confesiones de las dos hermanas, que la hacen partícipe de sus decepciones y de su particular visión sobre la historia familiar. Además, Aurora es la depositaria de las esperanzas de Gabriel, a quien intenta advertir de que es mejor dejar las cosas como están.
Desde el inicio, advierte el autor de que “las historias y las palabras no son nunca inocentes”, que “los relatos no son inofensivos”. Estas premisas sirven tanto para el puzle de narraciones que va haciendo cada personaje sobre sí mismo y sobre los demás, cuanto para ser aplicada a la novela en su conjunto. Porque la apariencia sencilla de la narración esconde una mirada amarga hacia las relaciones personales, la imposibilidad de comunicar, a pesar del abuso de la palabra, que sirve para defenderse y para herir, ocultando los verdaderos sentimientos.
            Landero ha introducido personajes oscuros, con comportamientos casi patológicos, que buscan justificar sus actos, encontrando en el personaje de Aurora, a la perfecta confidente, que parece comprenderles sin criticarles (lo que son incapaces de hacer unos respecto de otros).
            Escrita con el habitual estilo preciso del autor, capaz de concentrar en una frase todo el detalle y la profundidad psicológica de los personajes, en esta ocasión, los lleva al extremo, sin reservar un resquicio para la esperanza.



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