jueves, 14 de febrero de 2019


TIEMPO DE AMOR

            Afuera arrecia el viento y las hojas alfombran las calles, incomodando a los escasos transeúntes. La radio habla sin cesar de inestabilidad en cualquier parte del mundo y los datos de las economías domésticas siguen siendo desalentadores. Todo se parece bastante a un túnel que nunca se acaba, desde el que, de vez en cuando, se divisa una luz. A veces, se aproxima, y es alguien con una sonrisa o una palabra amable.

            Todo se construye desde el corazón. “Si no tengo amor, no soy nada”, que decía San Pablo. El cimiento más firme es el amor, pero lo hemos convertido en un guinda, algo que corona, que adorna; un buen reclamo comercial para un tiempo de miedo e incertidumbre, en el que se espera que nos aferremos a lo que podemos comprar, en lugar de cultivar lo que hay en nuestro interior.

            El camino está lleno de distracciones que se confunden con la vida, convertida en una interminable calle peatonal, llena de escaparates luminosos, cuyas exhibiciones mudan cada mes, cada temporada, cada fecha señalada. Importa mucho más quién nos acompañe y nos tome de la mano con el corazón.       

           

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