Thomas Helder, por Muriel Barbery
El
entierro del personaje llamado Thomas Helder es el eje en torno al cual gira la
acción. Las conversaciones intentarán desvelar quién fue, en realidad, y los
sentimientos que despertó en su familia y su grupo de amigos.
En
el esquema narrativo, el contrapunto a Thomas es Margaux, ausente durante muchos
años y convertida por ese hecho en la persona a la que todos quieren relatar la
última etapa en la vida de Thomas, que se convierte también en los últimos años
de unión del grupo. Contarán el modo en que se ven a sí mismos y a los demás:
literatura, amistad, relación con los padres, su vida en Ámsterdam, los lugares
donde fueron felices…
Una novela con un plano muy
cinematográfico, en el que la escritora va llevando a cada personaje al salón,
junto a Margaux, a homenajear a Thomas Helder y a reflexionar sobre la grandeza
de la vida como aprendizaje. “Los muertos nos enseñan el futuro”, eso es lo que
hace Thomas Helder. Para ello, tienes que “aprender a amar lo que temes”, a eso
es a lo que se enfrenta Margaux. Y todos cuanto hemos disfrutado la novela.
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